El pasado jueves 30 de marzo (de 2017), la Diputación de Granada, el Grupo de Desarrollo Rural Altiplano de Granada, el Grupo de Desarrollo Rural de la Comarca de Guadix, el Consorcio de los Montes Orientales, y la Asociación para la Promoción Económica de los Montes Orientales, en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad), han presentado a la Comisión Española de Cooperación con la Unesco, el proyecto “Geoparque del Cuaternario Valles del Norte de Granada”.
Las tierras contenidas en los límites de este proyecto de “Geoparque del Cuaternario Valles del Norte de Granada», que afecta a las comarcas de Baza, Guadix , Huescár y Montes Orientales, están rodeadas por algunas de las montañas más altas de la Península Ibérica. Un antiguo río sin salida al mar durante varios millones de años y un antiguo lago alimentado por las aguas de aquel, dejaron testimonio pétreo de los singulares ecosistemas terrestres que se desarrollaron en Europa occidental durante los últimos dos millones y medio de años de historia de la Tierra: los ecosistemas de grandes mamíferos extintos del Cuaternario.
Ríos más recientes (Guadix, Fardes, Guadahortuna, Guadiana Menor, Baza, Cúllar, Castril, Guardal, Galera, Orce, Huéscar) han modelado de forma progresiva estos paisajes durante el último medio millón de años, configurando un territorio salvaje –de naturaleza árida, en ocasiones extrema, formado por millares de cárcavas de múltiples colores- en el que las rocas expuestas en los valles fluviales no sólo cuentan historias de evolución geológica y vida pasada durante el Cuaternario, sino de la evolución de los paisajes y de los ecosistemas por ellos soportados desde hace 250 millones de años de antigüedad.
En las entrañas de éstos valles fuertemente encajados, las rocas nos cuentan la evolución de antiguos mares del Mesozoico, nos enseñan partes de antiguos límites de placas oceánicas donde volcanes submarinos generaron lavas almohadilladas que hoy forman montañas en el área de Alamedilla. También nos ayudan a comprender la configuración de la Cordillera Bética a través de estructuras como pliegues y fallas, que en algunos casos siguen activas, generando en ocasiones pequeños terremotos que nos recuerdan su dinamismo, pero que en el pasado, a lo largo del Cuaternario, fueron capaces de generar singulares estructuras en los sedimentos lacustres de esta región, que a día de hoy, y gracias a estos valles, también han quedado expuestas, constituyendo afloramientos de sismitas únicos a escala mundial, a modo de un gigantesco sismograma dibujado en las rocas, como las conservadas en el área de Galera.
La antigua comunicación marina (durante el Mioceno) a través de estas tierras (La Peza, Dehesas de Guadix o el Negratín, entre otros lugares), entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, con el desarrollo, en aquel entonces, de deltas o arrecifes por los que también deambularon delfines; el desarrollo y la evolución de las comunidades de vertebrados terrestres desde hace 6 millones de años, en un registro continuo y único en el continente desde hace 2,5 millones de años hasta casi la actualidad (en Baza, Cortes y Graena, Huélago, Fonelas, Belerda, Villanueva de las Torres); o la ocupación humana del territorio, como parte del cortejo de mamíferos extintos, desde los tiempos primigenios del Cuaternario hasta nuestros días, registrados en yacimientos de Orce, Huéscar, Cúllar o Fonelas, son también historias únicas ocurridas en estos valles granadinos.
En este territorio se encuentra el más extenso, desde la perspectiva territorial, y amplio desde la perspectiva cronológica, conjunto de yacimientos paleontológicos de vertebrados continentales del Cuaternario europeo desarrollados al aire libre, sin el cual, poco o nada sabríamos sobre muchos aspectos de este espectacular y único pasado natural. Todo ello lo explica y se explica, en la geología de la región y es observable gracias a los procesos geológicos y geomorfológicos desarrollados durante el Cuaternario en los Valles del Norte de Granada.
Tierras salvajes, inhóspitas de una belleza singular que salvaguardan una parte significativa y única, en el continente europeo, de nuestro patrimonio geológico.
Por todo ello, se espera poder contar con el apoyo de la Comisión Española de Cooperación con la Unesco, y poder seguir avanzando en el proceso de candidatura internacional que avale la excepcionalidad de la zona norte de la Provincia, con el firme objetivo de formar parte de la Red Mundial de Geoparques.
Dentro del procedimiento establecido, las entidades promotoras han presentado la documentación de este proyecto de Geoparque, que incluye la descripción de la zona delimitada, un informe geológico del territorio, el inventario de Lugares de Interés Geológico, un resumen de las acciones previstas en el marco de la estrategia adoptada a nivel supramunicipal para conseguir un desarrollo sostenible, los recursos que el territorio pone a disposición del proyecto y la relación de manifestaciones de interés y cartas de apoyo al proyecto de los 34 Ayuntamientos implicados, de la Junta de Andalucía, de las Mancomunidades de las comarcas de Baza, Guadix , Huescár y Montes Orientales, de los Grupos de Desarrollo Rural que operan en esas comarcas y de las Asociaciones empresariales de la zona.
El territorio y sus gentes lo custodian hace siglos, lo protegen y lo van a poner en valor para la formación, la investigación y el disfrute del conjunto de la sociedad, pues de ella es esta naturaleza tan valiosa, y de ella es el patrimonio natural de este Geoparque.