Nuestro Ciclo de Conferencias sigue adelante y ayer celebramos la séptima, “SI ESCUCHAS EL AGUA, TE CUENTA TU VIDA PASADA. Reflexión sobre el patrimonio histórico del agua en la actualidad” donde José María Martín Civantos y Mª Teresa Bonet quisieron responder a la pregunta “¿Por qué son importantes los sistemas históricos de regadío?” con 33 participantes.
La sesión empezó con la exposición de José María Martín Civantos, Doctor en Historia y Profesor Titular de Historia Medieval en la Universidad de Granada.
Civantos nos compartió dos enlaces con vídeos que explican muy gráficamente por qué son tan importantes los sistemas históricos de regadío. https://www.youtube.com/watch?v=EXa5m2bc4rY y https://www.youtube.com/watch?v=TVMS4O8nx_4
“A los arqueólogos nos preguntan mucho por nuestro patrimonio monumental, sin embargo, nuestra principal herencia del periodo medieval son nuestros sistemas de regadío”, afirmó José María y explicó que nuestros paisajes son parte de un proceso histórico de territorialización en el que el agua es un elemento vertebrador. “El agua organiza la vida de nuestros pueblos, el agua es vida”.
Tenemos unos 24.000 kms de acequias, como resultado de una opción social en época andalusí, porque permitían dos cosas, incorporar nuevas especies (cítricos, cañas de azúcar, etc) no conocidas hasta la fecha y aumentar la productividad por unidad de superficie y, sobre todo, regularizar las cosechas.
Nuestros espacios de regadío son sistemas coevolutivos, donde se han generado nuevos equilibrios con ecosistemas que dependen del ser humano y de energías generadas por éste.
El sistema comprende una unidad tecnológica y una unidad social: la infraestructura que es gestionada por los agricultores o ganaderos.
Los saberes ecológicos locales y prácticas tradicionales son en sí mismas un patrimonio.
Mantener la fertilidad de nuestros suelos y la recuperación de nuestros acuíferos y manantiales han sido unas de las claves de la supervivencia.
Existe además una agrodiversidad y una biodiversidad asociada, en acequias, balsas y suelos. Esto permite que luego haya fertilidad.
La destrucción del paisaje nos lleva a un empobrecimiento muy elevado, en capital humano, conocimientos y biodiversidad.
Nuestros sistemas de regadíos son “infraestructuras azules” “verdes” corredores ecológicos, sistemas de gobernanza.
Según un informe de WWF de 2015 la modernización de los regadíos no supone eficiencia.
La segunda parte corrió a cargo de María Teresa Bonet García, arqueóloga e investigadora del Laboratorio de Arqueología Biocultural MEMOLAB de la Universidad de Granada.
Bonet ha hecho un repaso a los proyectos de investigación en los que ha participado, como el de un sistema de riego de Ferreria, donde se vivió un proceso participativo de devolución de los saberes recopilados a través de una exposición participativa.
El proyecto que les dio el empuje para seguir con el estudio de los sistemas tradicionales de regadío fue “Mediterranean Mountainous Landscapes” (MEMOLA), donde, gracias a la participación de varios países y la implicación de numerosos investigadores, trabajaron también en prospecciones, la recuperación de acequias, actividades educativas, etc.
María Teresa afirma que las comunidades de regantes tienen problemas y necesidades comunes en todos los territorios.
Nos ha mostrado el mapa colaborativo de regadíos históricos de Granada y Almería y nos ha animado a participar en el proyecto.
En el Altiplano tenemos 90 comunidades de regantes. Bonet está trabajando ahora en completar los elementos patrimoniales.
Como conclusión, Civantos puso el acento en que es imprescindible poner en valor la multifuncionalidad de la agricultura cuando se hable tanto de modernización como de eficiencia, y devolverle al agricultor la imagen del importante papel que desempeña en la sociedad. Si no, la deriva del modelo agrícola seguirá obedeciendo a las lógicas productivistas y extractoras del mercado y seguiremos dilapidando nuestros recursos. “Tan patrimonio es un molino como el suelo, porque es el resultado de la interacción entre el ser humano y la naturaleza. Si nos pusiéramos a hacer el cálculo de lo que supuso la construcción de todas las terrazas, bancales, caminos, acequias, etc en Km de construcción tendríamos mayor volumen de construcción que la Alhambra. No se reconoce su valor porque no lo construyó el poder para representarse a sí mismo, sino que se trata del patrimonio de los agricultores y de la gente común en el desarrollo de sus vidas”.
Nuestra próxima cita será mañana jueves con la conferencia “Lo que el agua esconde” y la participación de Lázaro Díaz Ródenas y Fernando Bautista.