Resumen conferencia “El agua que da la vida fluye”

Ayer batimos récord de participación en nuestro Ciclo de Conferencias “Altiplano Unido por el Agua”: 44 participantes.

Abel La Calle Marcos hizo una excelente sinopsis sobre “Obras hidráulicas: deterioro ambiental e interés público” en la que empezó aportando una perspectiva para ayudarnos a comprender la función de las obras hidráulicas y en qué momento estamos.

La obra hidráulica es una construcción que tiene relación con el agua. En el Real Decreto vigente se habla de que estás obras “corrigen” el régimen de corrientes, es decir, aún hay anclajes del siglo XIX por la visión en que la ingeniería se acercaba a la naturaleza.

“Si alteramos el ecosistema, no será un ecosistema sano”, afirmó explicando que embalses y transferencias (conjuntos de trasvases) son las obras hidráulicas que más conflicto han generado.

Ahora tenemos unos 1.225 embalses, pero la cifra es orientativa, ya que es un inventario que no se actualiza desde 2010. No solo se han construido durante la dictadura, sino también durante la transición, y tiene mucho que ver con la evolución de la superficie regada en España, aunque no se corresponde realmente con el peso del empleo en agricultura, ni con el PIB nacional.

Las infraestructuras hidráulicas suelen ser siempre discutidas y en lo que se refiere a ellas no se divisa ninguna perspectiva de cumplir los objetivos en protección, conservación y mejora del patrimonio natural marcados por la Directiva. “Esto es muy grave porque nuestra salud depende de la salud de los ecosistemas”.

Abel explicó también en qué consiste el ciclo de vida de la obra hidráulica pública, un proceso que debe implicar la valoración de la misma durante toda su vida útil y su posterior desmantelamiento y para la que es imprescindible plantearse:

  • Necesidad, entendida como un análisis científicamente avalado de que la obra es necesaria, por qué y para qué.
  • Respuesta, definida viendo que no hay posibles ni mejores alternativas.
  • Evaluación ambiental y económica.
  • Decisión, ejecución, funcionamiento, desmantelamiento y restauración del ecosistema alterado.

Uno de los problemas que encontramos más a menudo es que se sustituye el interés general por una decisión autoritaria. El estudio de alternativas suele acabar siendo una justificación de la obra.

Esta opción predeterminada lleva también a la banalización ambiental y económica, ya que se procura justificar lo que se ha decidido. Y cuando las cosas se hacen así, los proyectos tienen muchas insuficiencias y grandes sobrecostes.

El desmantelamiento no aparece por ninguna parte en los proyectos. Es una consecuencia de no mirar la obra pública como ciclo de vida completo.

El ecosistema se deteriora por el impacto de una obra hidráulica. Se pierde calidad del agua, capacidad de regeneración, oxigenación, …

El verdadero coste de una presa nunca aparece en el balance. Cada obra hidráulica debería sopesarse detenidamente para valorar si es o no necesaria.

La Calle nos habló también sobre el análisis realizado por la Fundación Nueva Cultura del Agua en la recuperación de costes y nos expuso el caso de Biscarrúes, en el Alto Aragón como ejemplo de la victoria de la prevención del deterioro y para explicar el interés público superior. El proyecto de la presa en el río Gállego fue una obra a la que se oponían muchas organizaciones. La clave fue el estudio del deterioro de 4 masas de agua que pasarían de un estado muy bueno a estar en mal estado, alterando tramos de río aguas arriba y aguas abajo. En este río hay actividades de turismo activo que permiten que haya población que permanezca allí. Se determinó que no se había hecho un estudio real de alternativas, había riesgos de inundación y deslizamiento de laderas, deterioro de ecosistemas, …  Hay una obligación legal en la UE de aplicar las medidas necesarias para prevenir el deterioro de las masas de agua. El Tribunal Supremo confirmó la anulación del proyecto y estableció las condiciones en las que existe el interés público superior que no se puede confundir con el “interés general” definido empleado en la normativa española.

Finalmente ha hablado también sobre la transferencia Negratín – Almanzora. Un trasvase de agua entre  dos cuencas hidrográficas. Esta transferencia se gestiona por una sociedad anónima, lo que también incide en cómo se gestiona. Un trasvase siempre genera un conflicto de escasez en la cuenca cedente y de efecto llamada y estrés hídrico en la cuenca receptora por lo que debe estar muy estudiada y controlada su ejecución para no incrementar las presiones en ambos sistemas acuáticos. En este caso, además, hay dos modelos distintos en la explotación agrícola de estas cuencas que influye en la conflictividad.

Terminó mostrando un mapa colaborativo de los conflictos del agua en Andalucía.

 

Nuestra próxima cita será la próxima semana: martes 23 con la conferencia “Si escuchas el agua te cuenta tu vida pasada”, con José María Civantos y María Teresa Bonet.

 

 

 

 

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